viernes, 18 de octubre de 2013

The capital fuck

Cuando antes no lo era, ahora si. El avance siempre va acompañado del tiempo, o eso nos hacen pensar. No cabe duda de que en el 1250 cuando inventaron las gafas éstas facilitaron la vida a muchas personas. Y el mismo caso ocurre más tarde con la imprenta, el reloj de bolsillo o la penicilina. Visto así, podríamos decir que todos los nuevos inventos están encaminados a buscar un fín común, me explico. Todo invento viene de la mano de una necesidad, es decir, viene para facilitarnos la vida diaria, por así decirlo. Incluso algunos son de extrema urgencia para facilitar la vida en sí, como la penicilina. Hasta aquí puede funcionar la teoría, no obstante, lo que nunca nos han dejado lugar a pensar es que traigan algún contratiempo.


Si pusiésemos el caso de que uno de esos descubrimientos, ya sea por imposición, importancia o destino, se sobrepone por encima de los otros, esto nos podría llevar a un problema. Cuando se valora de forma desorbitada un bien, éste puede arruinar todo cuando no esté -desde luego este caso se puede extrapolar a cualquier ámbito-. Pero aquí no será otro que el dinero, y su poder, claro. Si no hubiésemos nacido en un mundo con las circunstancias bien plantadas y sus bases escritas, tendríamos la oportunidad de ver como de espectacular ha sido la importancia que se le ha dado al dinero de un momento a otro. Y el problema fundamental es que, como todo, son bienes suficientes para todos, pero no repartidos equitativamente ya que hay quienes lo manejan y dirigen. Todo esto sólo puede derivar en una cosa.



Cuando antes no lo era, ahora si es absolutamente todo un sistema mecanizado donde el único motor es el dinero. No puedes pasar un día sin pensar en él, incluso ni siquiera un mero plan para pasar algún rato. Sin darnos cuenta, y a veces dándonos, nos hemos hecho cien por cien dependientes de esos papeles y monedas que ahora dirigen todo. El mundo en su totalidad, con sus recursos y formas naturales, no es ni la mitad de parecido a lo que fue. En parte, y de forma justificada, debido a ciertas necesidades, pero son también éstas las que han sido capaces de colarse en nuestras mentes y dictar que el cambio sea brusco y determinante para que prospere o no.


Vayas donde vayas hay necesidad la cual ha movido al cambio y, así, al dinero. Cuando tú necesitas una camiseta, el dinero será capaz de mover que cabezas de grandes empresarios atiendan tu llamada y te sirvan. Si hace falta material, se explotarán los recursos naturales. Si hace falta construcción, se explotarán personas para el trabajo. Si hace falta que te llegue, se explotarán tiendas para que las busques. De esta forma es como se hace eco de esas ideas de movimiento, de cadena y de dependencia, y de ¿cómo no?, de negocio. Así como una camiseta y una televisión, tus necesidades podrán alcanzar límites que ni siquiera creeríamos si lo viésemos desde fuera. Querrás estar a la última en todo, porque no sólo es lo que te han vendido, sino lo que vende.


Mires donde mires, esa necesidad está presente. Quiénes lo hagan, hay que reconocer que hacen fenomenal su trabajo. Tampoco es que dejen claro cual es su trabajo, pero si dejan claro su "don". Consiguen manejar tu cabeza muchas veces y así manejan tu necesidad. Las crean cuando quieren y las quitan cuando les conviene, las anuncian para que las desees y te piden para que las poseas. Es el manual más básico que puedas ver, pero no lo quieres ver, porque esas necesidades son tus cadenas, y sería sin duda un error observar que estamos presos. A nadie le gusta estarlo, y sin embargo, los hay quienes piden la retirada de las dietas alimenticias de los presos. De los presos, has leído bien.


Pero, ¿te preguntas por qué serán capaces de pedir que se les deje de servir comida en la cárcel? Para ser un manual tan básico es muy valioso a la hora de contestar a las preguntas que nos hacemos. Es por la misma regla de tres por la que aparecían esas necesidades de las que hablábamos. Por ese negocio. Cuando observas que un bien gana más importancia que otro, intentarás adueñarte de él. Pero no comprendes que así tú también estás contribuyendo a que ese bien se desorine de los demás. No comprendes que si un día ganase definitivamente el bien en cuestión, deberías utilizarlo finalmente para acceder a otros que, ¿quién sabe si un día te serán de franca necesidad?. De extrema necesidad. No puedes saber si un día te apetecerá probar otros inventos; si te apetecerá ir al cine, comer, operarte de la vista o estudiar una carrera universitaria. Incluso igual hasta te interesas por aprender otros idiomas. Pero tampoco puedes saber si eso te va a ser de fácil acceso para entonces. Igual llega el día en que el dinero se ponga por delante y sea quien dicta que comida has de comer, en que casa tienes que vivir o en que universidad tienes que estudiar. Y, sin duda, lo que no puedes saber es si en vez de convertirse en un obstáculo se convertirá en un impedimento que sea capaz de dejarte con casos extremos como estos:

http://www.vdeverdadnews.com/index.php/sociedad/crisiseconomica/1819-la-censura-mediatica-silencia-que-3158-espanoles-se-suicidan-por-la-crisis-119-de-ellos-por-desahucios


De lo que si puedes estar seguro es que el día del deseo y la necesidad ya ha llegado. Y a muy gran escala además. Ya puedes poner la tele mismamente, que en cualquier programa o concurso a lo que se va no es a mostrar tu inteligencia o tus habilidades, sino a ganar dinero. Ya puedes ver pasapalabra, la ruleta de la suerte o lo que te de la real gana, pero verás que el dinero está siempre presente con luces y colores, y los concursantes babeando, y murmurando ya en qué van a gastar ese dinero. Parece que nuestra idea de triunfar en la vida es la de ganar y acumular dinero únicamente. Pero es normal, ¿qué puedes pedir, si no es dinero, en un momento en el que te quitan tu casa por 10 euros? Pero es imposible estar tan tremendamente ciego. Nos hacemos los ciegos, no queremos ver. No queremos mirar nunca a alguien que nos pida dinero en la calle para que puedan comer ese día él y su familia, preferimos pensar que "muchos" de esos que piden son grandes timadores y que lo que tratan es de dar pena; preferimos pensar que en eso consiste su trabajo, como si estuviesen orgullosos de estar en esa situación. Pero sin embargo esa es la realidad. Y la necesidad no es la que tú crees, o por lo menos si tú ,que ahora lees, te hubiese tocado vivir en el sureste asiático. ¿Imaginas que sea tal la fuerza que coja que haga de las personas seres egoístas y miserables?


Aún así, y pese a todo lo que pueda pasar, la palma del concurso se la llevan otros sin concursar siquiera en el programa. Lo hacen fuera de él, pero extremadamente bien. Actúan con un fin, el que legitime todo el proceso, justificando así los medios. Es tal el poder que han asumido tanto ellos como el dinero, que ahora cualquier medida, recorte, robo, explotación o guerras son los procesos para conseguir aquello que alimentan: la necesidad del dinero. Y lo peor, no es que lo permitamos o contribuyamos con la causa, sino que no es un proceso pacífico... y ¿quién puede saber cuándo te tocará a ti?



Vídeos muy recomendados:

Intervención del grupo "Los Verdes" en el parlamento europeo hace unos años donde se ve los extremos a los que llegan esos que lo dirigen 'todo'  http://www.youtube.com/watch?v=nqno8H-mjeY

Canción del grupo "El último ke zierre" donde ni letra ni mucho menos las imágenes tienen desperdicio http://www.youtube.com/watch?v=OqE_J6U56bM

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